El otro dia unos compañeros me propusieron un «reto» hacer unas croquetas de chipirones. La verdad es que nunca me había puesto con ellas pero, ante un reto… «aguántame el cubata».
Así que me propuse que la próxima vez que quedáramos les llevaría unas croquetas gourmet a base de chipirones.
La verdad es que estas croquetas merecen el calificativo gourmet porque están cremosas y crujientes, están buenísimas y sorprenden al abrirlas y verlas tan negras al haberlas hecho en su tinta.
INGREDIENTES
- 500 gr de chipirones
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 100 ml de vino blanco (o cava)
- 2 sobres de tinta de calamar
- 1/2 litro de leche entera
- Agua
- 60 gr de harina
- Aceite de oliva virgen extra
- Nuez moscada
- Pimienta negra molida
- Sal
PREPARACIÓN
Empezaremos limpiando bien los chipirones y los cortaremos en trozos muy pequeños, incluso las patitas y sobretodo quitaremos la boca. De todas maneras también podemos comprarlos ya cortados y congelados.
Después de lavarlos los escurriremos bien.
Cortamos la cebolla muy pequeñito y los ajos también
Pondremos un poco de aceite en una sartén y rehogamos el ajo y la cebolla picados.
Cuando la cebolla esté bien pochada incorporaremos los chipirones.
Dejaremos unos cinco minutos a fuego medio y añadimos el vino blanco (o el cava) y la tinta de calamar (podemos añadirla congelada o diluirla en un poco de agua)
Dejaremos cocinar para que se reduzca durante unos diez minutos..
Añadiremos, la leche y la harina (esta os recomiendo que la vayais añadiendo poco a poco y con un colador para evitar grumos).
Removeremos hasta tener una masa con una textura que se despegue de la sartén. Es importante no pasarse en poner harina porque entonces se apelmazará y no interesa)
Rectificaremos de sal y añadiremos un poco de nuez moscada (a ser posible recién rallada)
Pondremos la masa en un recipiente plano y dejaremos enfriar. Cuando esté a temperatura ambiente, lo trasladaremos a la nevera tapándola a piel con papel film y la dejaremos hasta el día siguiente.
Al día siguiente ya podremos sacar la pasta de la nevera y hacer la forma de las croquetas de la manera que acostumbréis a hacerlas, yo utilizo dos cucharas.
Ahora simplemente las rebózanos con huevo y pan rallado y las freímos con aceite bien caliente y de poco en poco para que no se enfríe el aceite. Las ponemos en papel absorbente y ya solo nos quedará servirlas.
Por cierto, el reto no surtió efecto porque a la hora de llevarlas nos confinaron y nos las tuvimos que comer en casa. Aunque he prometido que cuando podamos salir de casa volveré a hacerlas para compartir.
Bien pues ya sabéis…A disfrutar!!