Costillar de cordero con sirope de mandarina y granada

Hoy os presento una receta, en el que el resultado es realmente espectacular y no exagero. En realidad no tiene complicaciones, el secreto es que la carne sea de primera categoría y que dispongamos de una barbacoa.

Aprovechando que ya estamos en otoño, pero que todavía hace buen tiempo para hacer una barbacoa con los amigos, he planteado esta receta en la que aprovechamos que ya es temporada de mandarinas y granadas para darle un toque especial con la salsa. De hecho, si no le pusiéramos la salsa y solamente utilizáramos el marinado también quedaría una receta espectacular. Pero si le añadimos la salsa entonces ya sí que es literalmente, para chuparse los dedos.

INGREDIENTES: (para 3)

  • 1 costillar de cordero.

PARA EL MARINADO DE LA CARNE

  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • l cucharada de ajo picado
  • 1 cucharada de paprika o pimentón
  • 2 cucharaditas de sal gorda
  • l cucharada de pimientas variadas recién molidas

PARA EL SIROPE DE MANDARINA Y GRANADA

  • El zumo de unas 4 o 5 mandarinas
  • El zumo de media granada
  • 2 cucharadas de sirope de arce o en su defecto de miel líquida
  • l cucharada de vinagre balsámico de Módena
  • 1/2 cucharadita de sal gorda.

PREPARACIÓN:

Lo primero que tendremos que hacer, es decirle a nuestra carnicería de confianza (en mi caso Cal Bieló de la Cerdanya) que nos prepare el costillar de cordero. Tal y como se ve en la foto, es decir. las costillas limpias para que quede una parte de hueso al aire.

Ahora prepararemos el marinado mezclando todos los ingredientes especificados en un cuenco. Nos quedará una “salsa‘ rugosa, con la que recubriremos el costillar por ambos lados refregando para que entre por todos los rincones.

Dejaremos marinar de 20 a 30 minutos a temperatura ambiente.

Mientras está marinando, prepararemos el sirope.

Pondremos en una cacerola pequeña los zumos de mandarina y de la granada, el sirope de arce y el vinagre. Lo llevaremos a ebullición y cuando empiece a hervir bajaremos el fuego al mínimo manteniéndolo hirviendo así durante unos 15 o 20 minutos, teniendo en cuenta que hay que reducir el líquido a dos terceras partes de lo que originalmente pusimos pero, hay que cuidar que no se nos queme o se evapore demasiado. Al final de la cocción, rectificaremos de sal.

Mientras cuece el sirope prepararemos una barbacoa. Aquí no os explico nada porque, supongo que el que más o el que menos ya sabrá preparar la barbacoa. Pero, si tenéis alguna duda me lo decís y os explico cómo hacerlo.

Pues, como os decía, prepararemos la barbacoa para una cocción directa a fuego medio (Es decir, las brasas debajo de la carne pero a una distancia intermedia).

Cuando ya tengamos las brasas a punto, pondremos el costillar (siempre hablo del costillar que sería para tres, Naturalmente, tendréis que multiplicarlo dependiendo del número de comensales)

Primero lo pondremos del lado del hueso y aunque es difícil no caer en la tentación, no le deis vueltas, solamente hay que darle una vuelta a mitad de cocción (y este Consejo vale para toda la carne que hagáis en la barbacoa) primero del lado del hueso, y después, del otro lado

(estarán al punto de 15 a 20 minutos), tened cuidado y en caso de llamas (porque cae grasa en las brasas) desplazar momentáneamente la carne al área de cocción indirecta (es decir, no encima de las brasas). Mantener la bbq tapada tanto como sea posible.

Retirar los costillares de la parrilla cuando la temperatura interna alcance 52 °C ( esto, lo podéis comprobar con un termómetro de carne pero si no tenéis, pues a ojo pasado ese tiempo, casi seguro que ya está en el punto)

Dejaremos reposar 5 minutos (la temperatura interna aumentará unos 2 a 3 °C), antes de separar las costillas para servir

Serviremos las costillas, cubiertas de sirope caliente o con el sirope al lado para que cada uno haga lo que más le guste.

En principio, como ya os he dicho, este costillar de cordero está bueno incluso sin la salsa y únicamente con el marinado, pero hagamos un homenaje al otoño ya que en otras temporadas no tendremos ni mandarinas ni granadas y aprovechémonos de que ahora son productos que apetecen.

Y como siempre, y esta vez sí que sí, a disfrutar!!

Puerros asados con salsa romesco, o falsa calçotada

Uno de los platos típicos de Cataluña son los calçots, ya os explicaré en otro momento como hacerlos. Pero os adelanto que son  una variedad de una cebolla blanca (Allium Cepa L.) que se cultiva de una manera muy especial para que sea alargada, y que resulta ser uno de los platos típicos por excelencia de la gastronomía catalana.


Lo habitual a la hora de comer caçots es hacerlo en familia o en reuniones de amigos alrededor de unas buenas brasas. 

El «problema» es que los calçots se consumen desde noviembre hasta mediados de abril , así que como me apetecían mucho decidí que tendría que buscar un sustituto. Y de ahí salió este plato. 

Además ha quedado un plato muy saludable y bueno. 
INGREDIENTES:

  •  puerros tirando a grandes 
  •  salsa Romesco
  •  sal 
  • aceite de oliva virgen extra
  • un vaso de agua

PREPARACIÓN :

lo primero que tendremos que hacer es limpiar muy bien los puerros. Les quitaremos la raíz, la parte verde y dejaremos solo el centro blanco. Además  los pelaremos quitándoles un par de capas. Para asegurarnos que queden bien limpios de tierra. Los pasaremos luego por debajo del grifo y los limpiaremos bien con agua. 

Precalentamos el horno a 180º 

Ahora pondremos los puerros en una bandeja de horno. Yo acostumbro a cortarlos por la mitad para que queden mejor. Les pondremos un poco de sal por encima y los rociaremos con aceite de oliva virgen extra y luego tiraremos en la bandeja el vaso de agua con lo que conseguiremos que no se resequen. 
Horneamos los puerros durante  unos 15 minutos por cada lado o hasta que estén ligeramente dorados, pero jugosos, no queremos que se tuesten y se resequen sino no sabrían a nada.

Ahora solo tendremos que sacarlos del horno y servirlos bien calientes acompañados de una buena salsa romesco. 
En cuanto a la salsa romesco hay una gran disparidad de caracteres porque cada persona con la que hablado hace la suya con sus particularidades. 

A mi, una de las salsas que más me gusta es la que hace mi amiga Lola. En cuanto me pase la receta os la digo, pero para salir del paso podéis utilizar alguna salsa romesco ya preparada en conserva que la verdad también da muy buen resultado. 

Y ahora, aunque fuera de temporada, a disfrutar!!

Cañaíllas con vinagreta de mostaza

Hoy he pasado por la pescadería y he comprado  cañaíllas. (La cañadilla o cañaílla (Bolinus brandaris) es un molusco gasterópodo marino que vive en aguas poco profundas muy típico del Mediterráneo que se reconoce enseguida por ser bastante robusto y con grandes espinas dispuestas en hileras alrededor de la concha. )

Y en seguida me he acordado del último pica-pica que hicimos con los compañeros de marxa en Palamós. Y a ellos (y a vosotros) les voy a dedicar esta receta.

Os pongo una curiosidad de las cañaíllas, su primer uso intensivo fue industrial: de sus glándulas branquiales los fenicios extraían el tinte púrpura, con el que se teñían los ropajes de las clases dirigentes, ya veis y ahora nos la comemos!

INGREDIENTES:

  • Cañaíllas
  • 2 hojas de laurel
  • 3 vasos de agua de mar (o agua con sal)
  • Sal
  • Hielo



PREPARACIÓN

Lo primero que haremos unas horas antes de empezar a prepararlas será ponerlas en agua fría con sal e ir cambiando el agua cada cierto tiempo, unas 3 o 4 veces. Luego las pasaremos por agua fría para terminar de limpiarlas.

Revisadlas bien y tirar las que estén vacias ya que si alguna que no está bien desprende un olor desagradable cuando las hervimos.

Pondremos agua a hervir y añadiremos 70 gr. de sal por litro de agua (también podemos utilizar agua de mar). Cuando el agua esté hirviendo introduciremos dos hoja de laurel y las cañaillas y esperaremos a que el agua vuelva a hervir otra vez. Una vez vuelva a hervir las dejamos 12 minutos.

Cuando ha pasado ese tiempo, la sacamos y las introducimos en agua con hielo y sal para parar la cocción y que la carne se contraiga y sea más fácil de comer y, en principio ya estarían listas para degustar.

Pero para que aún queden más buenas les pondremos una salsa. Se suele utilizar una salsa de allioli  pero en esta ocasión y en honor a mis colegas las voy a preparar con una Vinagreta con Mostaza

Este tipo de vinagreta os va a resultar muy útil para acompañar muchos platos (ideal para el marisco), y que se prepara en un periquete.

INGREDIENTES
:

  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen
  • 2 cucharadas de vinagre
  • 2 cucharadas de mostaza de Dijon
  • 2 cucharadas de jugo de limón
  • Sal y Pimienta

PREPARACIÓN:
Cogeremos un cuenco y mezclaremos el aceite de oliva virgen y la mostaza de Dijon, con un tenedor hasta que estén bien mezclados. Una vez que los hemos mezclado añadiremos el vinagre y salpimentamos al gusto, y volvemos a mezclarlo todo.

Después añadimos el zumo de limón recién exprimido. Volvemos a mezclar hasta que quede una vinagreta homogénea, corregiremos el punto de sal y pimienta.

Bien, pues ya sólo nos queda servir las cañaíllas junto con la salsa y a disfrutar!!

Salsa César 


La salsa César es una de las más populares, para poner en ensaladas. Ya os puse la receta de la ensalada César pero os voy a poner la salsa sola por si os hace falta y así será mucho más fácil de localizar por si queréis ponerla de condimento en cualquier otro tipo de ensalada pues aunque su uso más habitual es para acompañar a la famosa ensalada, es ideal también para sandwichs y hamburguesas, sobre unas patatas asadas, y para picoteos varios.

La salsa César tiene mucha fama, pero, a la vez, tiene un montón de recetas diferentes. De hecho si me seguís ya empezaréis a conocerme y sabréis que, insisto en que cada cual puede hacer las variaciones que crea conveniente de cualquier receta puesto que eso da vida a La Cocina. 

Cualquiera que haga una salsa es probable que te diga que la suya es la auténtica o que la suya es la mejor. Ok, me lo creo, la mía no lo es, pero a mí y a mi familia nos gusta esta, ósea, que esta es la receta que os voy a poner. De hecho, la Salsa César fue registrada como propia en 1948 por su creador, el chef italiano César Cardini, con el nombre de «Cardini`s Original Caesar Dressing Mix», pues esa será la buena, ¿no?😉

Cuando vayáis a utilizar esta salsa, recomiendo que la hagáis a principio de empezar a cocinar para que así la salsa vaya reposando y que no la sirváis hasta el último momento para que no reblandezca la ensalada. 

INGREDIENTES

  • 1 huevo.
  • 50 ml de aceite de oliva 
  • 4 anchoas en salazón.
  • 1 cucharadita de salsa Perrins.
  • 1/2 cucharadita de vinagre de manzana.
  • 1 cucharadita de mostaza antigua.
  • 1 cucharada sopera de zumo de limón.
  • 1/2 diente de ajo ( o menos si no queréis que pique(siempre quitando el germinado))
  • 50 gr de queso parmesano rallado.
  • Pimienta negra recién molida al gusto.

La elaboración, nada más fácil que introducir todos los ingredientes en la batidora y batir hasta que nos quede una textura de salsa. 

Aconsejo poner poco aceite al principio e ir incrementándolo a medida que batimos, puesto que si ponéis todo al principio es posible que os quede demasiado espesa y de esta manera podréis hacerla con la densidad que os guste más (si la queréis para hamburguesas o patatas o similares poned más aceite y quedará más espesa)

Una vez la tengamos hay que probar a ver si está en su punto y rectificar si fuera necesario. Bueno pues ya solo queda servirla y que nos sirva de acompañamiento para una ensalada César o para cualquier otra cosa

En cualquier caso, ya sabéis, a disfrutar!!

Lasaña de calabacín


Aquí os voy a mostrar una receta fácil y buenísima 
Esta es una receta de lasaña, pero los calabacines sustituyen a las láminas de pasta llenas de hidratos, pasando asi a ser una lasaña más sana y más jugosa. Siendo además muy interesante nutricionalmente ya que, los calabacines aportan minerales como calcio, hierro y fósforo, y muchas vitaminas. Además contienen mucha fibra y son de fácil digestión.

En este caso yo la he hecho de atún pero podéis utilizar jamón o carne picada guisada, lo que más os apetezca en ese momento. 

INGREDIENTES: (para 2)

  • 1 calabacin grande 
  • Lata de atún en aceite de oliva (unos 80g)
  • queso mozzarela (puede ser en láminas finas o rallado) 
  • queso parmesano rallado
  • Aceite
  • Sal

PREPARACIÓN 

Ponemos a calentar el horno a 180ºC

Lavaremos el calabacin y lo secaremos (si vemos que con uno nos quedamos cortos utilizaremos un par)

Con un pelapatatas pelamos la piel del calabacín  y luego con el mismo aparato lo cortáremos en láminas muy finas a lo largo. Podéis usar una mandolina, lo que os funcione mejor

Tomaremos una fuente rectangular que pueda ir al horno. Untaremos la fuente con un poco de aceite y montaremos las capas de la lasaña. Primeramente pondremos una capa de láminas de calabacín, sin dejar espacios. Yo suelo ponerlas que cuelgen por los lados de la bandeja para así después cerrar por la parte de arriba. 

Luego esparciremos por encima (de la base) parmesano rallado y lo cubriremos con una capa de atún (más o menos la mitad de la lata) acabando con una capa de queso mozzarela. 

Repetiremos el proceso: 

calabacín, parmesano, atún , hasta que se acabe todo. Terminaremos con la capa de mozzarela y «cerraremos» por arriba entrecruzando las tiras de calabacin, (como haciendo un cesto)

Se puede hacer así, o simplemente cortar el calabacín a la anchura de la bandeja del horno  y olvidarnos de trenzar el calabacín pero de esta manera aguanta más firme

Por último pondremos una capa de queso parmesano y meteremos la fuente en el  horno. Como siempre, dependiendo del horno lo dejaremos entre 20 y unos 25 minutos (vigilando), aproximadamente o hasta que se dore la parte de arriba de la lasaña.
Cuando ya la veamos doradita, la sacaremos del horno y la dejaremos unos 10 minutos para que se asiente. 


Pasado ese tiempo ya la podemos sacar de la bandeja y  servirla y, por supuesto, como siempre a disfrutar!!