Hola, hoy os pongo una receta porque la he utilizado para la siguiente y quería que pudierais hacerlo en casa. Se trata del gomasio, también conocido como sal de sésamo. Este es un condimento que se ha empleado tradicionalmente en recetas japonesas pero que aquí también nos puede ir muy bien.
Además de tener una alta calidad nutricional, está muy rico y su preparación es muy sencilla.
El gomasio, entre otras cosas, tiene cualidades muy buenas, por ejemplo, es un buen aporte complementario de proteínas.
Es fácil de digerir. Ayuda a tener una buena circulación sanguínea ya que proporciona al organismo ácidos grasos insaturados cardiosaludables. Es un condimento remineralizante por su concentración de sales, en particular, por el calcio. Ayuda a regular el tránsito intestinal porque aporta fibra, nutriente con funciones laxantes. Ósea, que parece que es interesante de utilizar,¿no?
Podéis comprarlo en tiendas especializadas pero la preparación en casa es sencilla y rápida.
Es tán sencillo como coger siete cucharadas de semillas de sésamo y tostarlas en una sartén.
Hay que calentar la sartén sin aceite, añadir las semillas y remover de forma constante para que no se quemen. Sabremos cuando están tostadas cuando empiezan a saltar como si fueran palomitas de maíz, o cuando estén marrón oscuro, también podéis coger una semilla y si se “pela” bien también está, ojo que no se quemen.
Luego se dejan enfriar y se mezclan con una cucharada de sal marina. Por último, se machacan en el mortero. El resultado es el gomasio, que debe guardarse en un frasco hermético.
Es un ingrediente muy versátil, que merece la pena añadir, de vez en cuando, a los siguentes platos:
Ensaladas, en sopas o guisos, en carnes, pescados y mariscos.
Pues ya sabéis, lo guardáis en un bote hermético de cristal y cuando lo utilicéis, a disfrutar!!